Petra

Me comentaba que hacia 40 años que no pisaba Aloña, y gracias a Iñaxio Umerez, en el todo terreno la había acercado hasta la cima, podía comtenplar las vistas, y estaba disfrutando mucho. Todo había cambiado mucho, desde la ultima vez que ella estuvo allí.
Me señalaba el caserío donde había nacido, caserio Aiserikua, debajo de la cruz de Aloña.
Solo por ver la cara de satisfacción y lo que estaba disfrutando, mereció la pena estar allí.